Una arena fina y dorada, unas aguas transparentes y unas playas que presentan un aspecto limpio y cuidado todo el año son los signos de identidad de la fachada marítima de Benidorm.
En su extremo norte, dos pequeñas calas
de arena y roca resultan muy adecuadas para el buceo y para los que
gustan de un baño solitario. Tras ellas, comienza el bullicioso paseo
marítimo de la popular playa de Levante, que a sus completos servicios suma el atractivo de mostrar una animada imagen durante todo el año.
Al sur del puerto, la playa de Poniente
compite en belleza y servicios con la anterior, y ambas tienen en común
el que, gracias a su orientación, en invierno el sol las baña hasta su
puesta y en verano hasta pasadas las ocho. Entre ambas, en un tramo que
se corresponde con el casco antiguo y al abrigo del cerro Canfali se encuentra la pequeña cala de Mal Pas y, frente a ella, la Isla de Benidorm, un paraíso para los amantes del submarinismo.